APPRAISERS/Nombrar

Project(e) i(e)n reside(è)nci(y)a a(t)/en LA CASA ENCENDIDA/CA2M, Madrid.

Presentación 25 de Enero, 2018. La Casa Encendida. Con: Paulina Chamorro, Laura Ramírez, Ana Macdewont, Ángela Segovia, Uriel Fogué, Javi Cruz y Raquel Tomàs.

Post- o Pre- con afectos o restos de Ursula K.Le Guin, Graham Harman, Franz Fanon, Bruno Latour, El diccionario de sinónimos, La pared de Traviesa entre la entrada y la sala de usos infinitos del CA2M, El Diccionario de Arquitectura Civil, Jane Bennett, Karen Barad, André Lepecki, Alva Noë, Enrique Iglesias, Toni Sierra/Abu Ali, El sistema eléctrico, Las bombillas, La mesa, El boli azul Big, Maurice Blanchot, entre otros u otras, los cuales también tienen afectos o restos de otrxs. 

Había una mirada que escuchaba en el rostro del que quería conocer.
Para aprender, uno tiene que estar callado.
Para ver, uno tiene que estar con el vacío.
El vacío de palabras que esconden mundos latentes.
Mundos con nombres de cosas que las elevan en una orgía de lugares por venir.
Polisemia y metáfora que agrupan y se chocan con la física y la pragmática, con lo tangible y lo no tangible, con las multiplicidades de lo animado, con las temporalidades de la materia…
Materia que es rastro, rastro que es señal, señal que es huella, huella que es pista, pista que es vestigio, vestigio que es partícula, partícula que es miga.
Esta miga.
Las que conviven y acarician la realidad de los lugares mientras se esconden.
Mientras la digestión sigue su curso y sigue en la transmisión de cuerpos a través de muchos lugares.
Lugares que se mueven incesantes con las pelucas generadas con los rastros que hemos dejado.
Que hemos dejado todas.
Todas hemos dejado.
Hasta el aleteo de la pared traviesa del museo de formato temporal continuo.
Esta pared que anda hasta nuestras casas para seguir poniendo en interrogación la blancura de lo blanco.
Esa pared que se quiebra con la estela de las presencias que la han tocado.
Esa pared y sus cosas que solo ellas saben la profundidad de lo que son más allá de los nombres aplicables.
Nombres aplicables de una civilización y una cultura que no esconde los nombres para llamarse a sí misma.
¿Cómo nombramos aquello que se está quebrando?

Los dominios infinitos de la materia nos mueven y nos desplazan hacia su entidad más profunda.
Profundidades cercanas para miradas atemporales.
Miradas desprendidas de la imagen y comprometidas con la boda cosificada de dónde estamos.
ESTA raya direccionada con lo que ha sido y que sigue su devenir como singularidad desprendida de su ama.
Movimiento autónomo y trenzado con los dominios del poder iluminados por todos los palos eléctricos en medio de las calles y prados de los mundos desarrollados.
Electricidad escondida e invisible que ha dominado el dominio de lo visible, de las sombras y de los nombres.
Y en el nombre surge lo innombrable.

En el habla surge la ignorancia hacia el nombre preciso de la acción que nos permite nombrar, ver, oír…
co-existir más que existir.
Estar con-tigo
Con-esto
Con-movido
Tocado en presente de indicativo por la simultaneidad de esta/huella/gris/resto, está/tabla/madera/tablero/cubierta, este/papel/colgante/trozo/cartón/pared…
Este Rastro Resto Esto
Esto que es aquel, aquello, eso, está, estas, este, estos…
Una sobre-posición de temporalidades que se cuentan a partir de lo sensible.

El movimiento inherente del estar sin ser articulado.

Sentir

Saber

Estar-ahí

Aquí

Con todo lo que atañe que sigue generando el estar-aquí
Con todo lo que se incluye y se excluye en esta imagen del todo que nos rodea.
Del todo imposibilitado de la tiranía de la cercanía.
Cercana es la materia que cubre la pintura de la retina de nuestros ojos,
Cercano es el velo invisible que cubre toda la imagen proyectada.
La imagen proyectada de aquello que imperamos ver sin visión.
De aquellos que nos negamos ver sin piel.
Que los hechos nos echen
Que la entelequia nos sitúe en esos espacios negativos de la maquinaria de la naturaleza.
La naturaleza puede hacer.
La naturaleza nos hace.
Lo natural se encuentra.

La construcción objetificada por el uso de lo cotidiano han sobre-construido otro objeto de consumo.
Otro velo que descansa en una imagen más que en la piel que lo habita.
La superficie no siente lo que el tacto da.
La mano rugosa, las superficies irregulares, los vientos perfectos, el suelo boyado o el sol escondido son de esos sentimientos con los que besamos o pegamos.
El mundo pasa a través de nosotros pero ni yo soy el mundo ni el mundo somos nosotros.

Barrunto continuo
Barrunto que es indicio, indicio que es vislumbre.
Semejanza entre mesas de paisajes cambiantes.
Semejanza como ancla a nuestra propia cobardía de estar siempre perdidos.
Perdidos en la imposibilidad polisémica de la nada.
Confundidos en la necesidad de volver a darnos co-existencia a través de los nuevos ríos que hemos construido a diario.
Multi-construir la realidad para seguir siendo responsables.
Capacidad para dejar lugar a las respuestas a través de la inquiriséncia del co-habitat.
Multi-construir desde las runas que palabras como estas ya han plantado.

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